El último café

No paras de mover la cucharilla,
ausente,
finges que me escuchas,
que te interesa lo que estoy diciendo
y asientes levemente
o murmuras un sí
de vez en cuando.

Pero se que es mentira. Sé
bien que estás muy lejos
no sé con quién, ni dónde,
pero lejos,
donde mis palabras
apenas te alcanzan.

Te lo digo y estás
a punto de enfadarte,
de atacar, como siempre
(es la mejor defensa),
e intentas repetir
alguna de mis frases.

Mientras, sigues moviendo
sólo tú sabes qué
en la copa de vino.

©Santiago Pérez Merlo

1 comentario:

  1. Un nuevo poema, también bonito, también melanolico. Aplausos, aplausos...

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