Derrotados

Hay una épica insolente en la derrota,
un fatalismo que marida a menudo
con la pose canalla, el malditismo,
la tristeza fingida del falso perdedor.

Hay un halo que cubre de misterio al pobre hombre
del foulard amatista y la mirada ausente,
eterno el cigarrillo.

Hay cierto encantamiento en la mujer
ajada por los años y por la mala vida,
las arrugas marcadas, la mirada perdida,
eterno el cigarrillo.

Patrañas. Cambiarían,
seguro, su derrota
por un solo triunfo… Una pírrica victoria
en eso que llamamos vida y puede ser
un partido de fútbol,
una mano de cartas, un amor
para siempre
o una falsa alarma
en aquella analítica rutinaria.

©Santiago Pérez Merlo

1 comentario:

  1. Muy bueno!! Es de los que «dan un puñetazo en el estómago»...Muy crudo, pero muy real. Pero tan bien escrito!!!

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