El hijo

No concibo peor dolor -lo siento
por mis padres, mis amigos...-
que ver morir a un hijo sin que llegue a crecer.
Y usted habla de ello, de que se está curando
poco a poco la pena, que la culpa es peor
porque una madre
siempre es culpable de todo.
Culpable sobre todo de traernos al mundo y arrojarnos
al camino no siempre largo de la muerte.
Usted sólo suspira -hace ya algunos años-
y visita al psicólogo y escribe
en un cuaderno de tapas amarillas:
la vida, sus ojos azules, la luz,
la oscuridad, un salto en el vacío,
muerte.
Fantasmas de los de verdad
(no es una puta metáfora), de los que no
se marchan nunca ni nos dejan vivir.
...
La admiro, usted lo sabe.
Y es absurdo pero me revienta
esta falsa empatía:
por mucho que quisiera, no puedo
ponerme en su lugar. Es demasiado grande
para mí su sitio...
Intente
descansar del recuerdo: no culparse,
trate de no sentir
lo mismo a todas horas.
(¿Qué mierda de consejo voy a darle?)
El mejor homenaje a los muertos
seguramente es
seguir viviendo.

©Santiago Pérez Merlo

2 comentarios:

  1. Enorrrme. Magnífico . En serio potente. Me gustó mucho. Enhorabuena de nuevo. Abrazo Santiago. Poeta

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