Demonios

Nos sucede periódicamente.
Póster de "La semilla del diablo"
Sólo nos convendría estar atentos,
ser capaces de prever
cuándo va a repetirse,
cuándo te golpeará de nuevo
el deseo terrible y desasosegante
de terminar con todo.
Ese que te hace dudar
si realmente son ganas lo que tienes
de matar a tu marido y a tus hijos,
o de cortarte tú las venas
que te atan a ellos.
Ese impulso demente
de salir a la calle
con una metralleta
y armar una masacre.
La rabia acumulada que a veces
se desata por una nimiedad,
algo imbécil como el aleteo
de alguna puta mariposa
en el culo del mundo.

Pero la furia pasa.
Con la misma imprevisión
con la que había llegado
y te ríes de ti mismo,
-¿cómo eres capaz de pensar
esas barbaridades?-.
Y respiras,
quizás enciendes un cigarro
o escribes un poema...
Y guardas con cuidado
tu cuchillo
en el primer cajón de la mesilla.

©Santiago Pérez Merlo

2 comentarios:

  1. Pero bueno¿cómo hace estas cosas? Espere a hacer un trato con la fiscalía, devolver parte de lo matado y aquí paz y después gloria.

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  2. Escalofriante!!!Me ha estremecido este poema con un tono tan tétrico, pero imagino que es como un desahogo...

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