Como
un reloj de arena en el espacio, lejos
de
leyes de la gravedad y de atracciones
se
balancea mi tiempo grano a grano
de
ida y vuelta al pasado que fue
y
al futuro que ignora
qué
seremos.
Pasa
de un lado
al
otro lado y vuelve.
Se
repite en el futuro
la
memoria de la felicidad
vivida
hace ya muchos años:
lejos
de la melancolía y la nostalgia
es
la enseñanza fiel para ser -eso soy-
el
hijo de quién fui y el padre primerizo
del
niño aún en pañales que seré mañana.
Muy bonito y muy hondo. Un escudo....en verso. Fantástico, me encantó. Abrazo Santiago
ResponderEliminarPrecioso, profundo, conmovedor. Toca muy adentro. Enhorabuena, Santiago!!
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