Hay cigüeñas en Alcalá de Henares.
Y es enero.
No sabemos si se han adelantado
o si nunca se han ido.
No sabemos si han hecho aquí su nido permanente
y se han acostumbrado al frío seco.
Quizás están cansadas de volar,
de hacer año tras año el viaje norte-sur
y viceversa.
Quizás esa pareja, una noche de noviembre,
aún caliente de sol de aquel otoño interminable
el nido, crotorando se dijo ¿para qué?
Si nos damos calor, si estamos juntos,
tal vez no sea tan duro nuestro invierno.
Y aquí siguen.
No han necesitado ir y venir,
huir para volver como nosotros
a encontrarnos el invierno siguiente.
A veces, sólo a veces, envidio a las cigüeñas en su nido.
©Santiago Pérez Merlo
Precioso, me encanta la imagen de las cigüeñas en su nido...y el calor del hogar!!!Conmovedor.
ResponderEliminarQue bonito!!!poesía pura!!!
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