No es la noche negra
de balada interior de Federico
ni es la noche blanca
de coca y de lujuria
de Luis Alberto de Cuenca.
La noche no es en blanco y negro.
Y no es la noche azul que Neruda derrama
por el mundo.
¿Qué saben los poetas del color de la
noche?
La noche es incolora y sin matices.
La noche es inodora e insípida
como un pastel de estrellas.
Transcurre sólo porque es noche
y es obligatoria
para que exista el día.
Es algo así como la muerte entonces:
un contrapunto necesario
e inocente en sí y de sí mismo.
...
También podría, claro,
existir otra noche,
existir otra muerte
más pequeña.
Y otro día perdido
hasta la noche nueva
que amaneciera al salir la luna.
Una noche preñada de colores,
de olores y sabores...
Como un sol, una estrella
cuajada de pasteles
con los que celebrar
la vida.
Bravo,bravo!!! Aplausossss. Definitivamente, Santiago, te superas, día a día...Enhorabuena.
ResponderEliminarEs maravilloso. De los de síndrome de noche. Un abrazo.
ResponderEliminarFantástico. Santiago
Otra muerte más pequeña...!!La muerte del olvido...
ResponderEliminarAmanecer al salir la luna..!Un poema fantástico. ..
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