Te he escrito diez o doce poemas
en una sola noche.
Cada uno de ellos me llevaba
al siguiente y cada verso
me inspiraba otra vez
para empezar de nuevo
a decirte, a glosar
tu melena y tu vestido ¿azul?
y tu bufanda gris
y el lunar de tu boca.
Y a soñarte otra vez
pero esta vez de cero,
como si nunca te hubiera conocido,
como si no hubiera vivido
antes de conocerte.
No me digas que exagero,
que es verdad que no nos conocemos
y que los dos tenemos
dos o tres mil motivos,
trescientas cicatrices,
por los que defraudarnos…
Todo eso es verdad.
Precisamente.
Tengo todo el derecho del mundo
a idealizarte.
Magnífico, redondo. Cada vez q te leo de nuevo me sorprendes por cómo te superas...Mmuy bonito. Me ha encantado!!!
ResponderEliminarFantastíCó cuando lo ideal,se hace presencia...!Precioso poema..
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