Aspiro a trabajar
como dicen que hacía Marcel Proust
o como un cónsul romano.
Aspiro a dirigir desde la cama
un emporio de sueños y fantasmas;
gobernar desde el lecho
-otrora conyugal y enorme ahora, por tanto-
un ejército de versos,
de metáforas y similicadencias.
Manejar sin salir de estas cuatro paredes
un inmenso telar donde se aten
en nudos surrealistas
las palabras espejo, sueño, muerte,
hechiceras y flores,
putas y mandarinas y flores de edelweiss,
amores sadomaso y monjas de clausura.
Sin levantar la cabeza de la almohada,
oprimir los botones que convierten
mágicos émbolos y resortes
en piezas necesarias de engranaje
para vivir eso que llaman vida.
Desde mis aposentos,
sin salir de la cama vivir
siempre a medio camino
del sueño,
la vigilia
y el verso.
y el verso.
Bueno, bueno, buenísimo...muy filosófico, muy bonito!!!!
ResponderEliminarEl sueño...la vigilia....y el verso...El poeta pide,lo imposible,o nada...Precioso poema!!
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