de cosas variopintas como hace todo el mundo.
Debería quejarme de un puñado de cretinos
y lamentarme
por cosas que no hice a su debido tiempo.
Debería reconocer que no todos los días
fueron maravillosos
y que siempre se puede mejorar.
Pero tengo la vista muy corta y miro atrás
y veo lucecitas de colores
y mirlos y vencejos y a una niña que ríe.
Y veo a una mujer
-siempre hay una mujer, pero esto ya lo dije-
que se tumba a mi lado y se acurruca
-esto también lo he dicho-
y no me quedan ganas de desear "año nuevo,
vida nueva":
casi todos los días -no es bueno exagerar-
me gusta la que tengo.
©Santiago Pérez Merlo