Con quince o dieciséis
triunfaban sobre todo
(aparte de algún que otro cantautor...
o sea, como ahora)
Gustavo Adolfo Bécquer y Neruda.
Ya en la universidad,
además de Bukowski en momentos de alarde
-o con las más atrevidas-,
era el turno de Aleixandre.
Y de Salinas... Creo recordar incluso
que, gracias a “san” Pedro
se me abrieron por primera vez
las piernas del paraíso.
Algunas pinceladas de Quevedo,
por supuesto, Machado.
Y con la progresía (que aún quedaba)
Hernández, Blas de Otero, Celaya...
Si además jugueteabas con poemas propios,
la cosa estaba hecha.
No sé si la poesía abrirá muchas puertas,
pero, en la juventud, levanta muchas
faldas.
Jamás entenderé a quienes decían
que la poesía no sirve para nada.
que la poesía no sirve para nada.
O tempora, o mores... que decía el clásico.
ResponderEliminarIngenioso, creativo...me gusta!!!
ResponderEliminarFantástico como todos los tuyos Santiago . Es un placer leerte. Abrazo.
ResponderEliminarLa poesia es vida...Imagínese, Sr.Merlo..sirve para vivir.!
ResponderEliminarLa poesia es vida...Imagínese, Sr.Merlo..sirve para vivir.!
ResponderEliminarEs vida
EliminarMe encanta esta poesía
ResponderEliminarUf! Alguien ha abierto (supongo que sin querer) la maquina del tiempo… 🤗
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