Mucha risa, llantos -si hubo-,
no los recuerdo ahora
y un amor que crece
como crecen las niñas
en los primeros años.
Me deshice, eso sí,
de una catarata
que no dejaba ver con claridad
algunas cosas,
de una molesta vesícula
que al parecer sobraba
y de alguna otra pieza
que no logró encontrar
el encaje perfecto
en este rompecabezas
con esquinas gastadas...
Lo de siempre, ya digo.
Los años, cuando suena su final,
son sólo inventos
para apresar el tiempo.
Lo real, lunas, soles
que hemos visto salir
y ocultarse,
algún poema escrito
y todo por decir...
Vivir...
Seguir viviendo.
©Santiago Pérez Merlo
Magnífico como siempre. Con tu sello. Y como es debido te deseo como no un año lleno de amor, emociones y todo aquello que quieras encaje en tu vida. Abrazo poeta.
ResponderEliminarUna vez deshecho de lo que "sobraba"larga vida al poeta..!
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