Ante la adversidad y ante la muerte
inventamos coartadas y mentiras
como que la vida sigue, que debemos
mirar para adelante y olvidarnos
de todo lo pasado que nos causó tristeza.
Nos ponemos de luto riguroso
porque el negro estiliza y es canalla:
hay que arreglarse para ir de entierro…
de la muerte ajena
porque no es la nuestra
y siempre será mejor
(aunque no lo digamos)
ser el vivo que llora
que el montón de cenizas.
Siempre se oyen risas
en el bar del tanatorio.
en el bar del tanatorio.
©Santiago Pérez Merlo
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