La conociste en uno de los bares más
pijos de Madrid,
donde acuden en manada las chicas más
pijas de la capital
y hordas de las pijas menos chicas de provincias.
De lejos -y casi más de cerca-, te
repugna la morenez de rayos uva
y cercos de mapache por contorno de ojos.
No soportas tampoco las mechas rubias
sean de California o de la Costa Este…
Pero es tiempo de hambruna.
Todo glamour, todo primeras marcas en el
minúsculo atuendo
Se caldeó la noche como puede ocurrir en
ciertos casos
menos frecuentes de lo que quisieras
y su Mini Cooper de asientos de cuero
os trajo hasta tu casa de extrarradio.
La última cerveza -marca blanca- estaba
sin embargo deliciosa…
Peor suerte notaste que corrían
tus holgados calzoncillos de colores
y seis euros el pack de tres o cuatro.
Media sonrisa que asoma condesdencia… luego,
ya los conocías.
Las sábanas (“Primark”, se dijo como para
sí) tampoco
parecieron ser del todo de su agrado… ergo ya las conocía.
Pero aún fue peor cuando llegó mi turno.
No tuve más remedio que echarla de mi
cama.
El coqueto tanga negro era Victoria
Secret´s, sí….
Pero tenía no menos de cinco temporadas.
©Santiago Pérez Merlo
En peores garitas...
ResponderEliminar