Estoy harto de versos, de renglones a medias. Reivindico los
papeles llenos, las páginas completas y seguidas sin puntos y sin comas y sin
que digan nada aunque no se entienda un mango pero bien largas. Estoy cansado
de noches estrelladas, de deberte la voz y de esperar que me llamaras. Harto de
caminantes y caminos; y de mares que recomienzan. Harto de malas flores del mal y de
hojas de hierba. Aburrido de golondrinas y de piedras como tú, piedra pequeña.
Aburrido de dones y de lenguas, de tatuar las noches, de bailar con Charlie
Parker y del llanto de Aquiles. De malcasadas y de empezar contigo el desayuno,
de que tu nombre sea el de todas las mujeres… De ultraístas y de dadaístas, de
mártires del verso y de falsos poetas y profetas.
Estoy harto de los versos de todos los poetas.
Estoy harto de mis versos y de mí… que no soy ni poeta.
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